Los Hombres Anchos conservan numerosos vestigios de su ascendencia humana, y uno de los fenómenos en los que ello puede constatarse es en la persistencia de las tradiciones populares en sus vidas.
Una vez al año la comunidad Ancha se embarca en una peregrinación cuyo destino es la Unidad Alfa de las Instalaciones Industriales (lugar desde donde se supone que se gestaron las primeras mutaciones) y allí acampan y celebran una feria durante varios días tras los cuales regresan a sus cubiles correspondientes.
Para tales menesteres, existen entre los Hombres Anchos domadores especializados de Hombres Caracol, que los capturan y engordan hasta que pueden soportar el peso de una Mujer Ancha.
Ellas cabalgan a lomos de estas criaturas hipertrofiadas y se pasean por todas las instalaciones, mientras recojen los elogios y piropos de sus admiradores.
Los Hombres Anchos machos, en cambio, siempre viajan a pie.
4 comentarios:
Que lo hombres anchos viajen a pié me parece lógico. Si siguen la tradición, que sea hasta sus últimas consecuencias. Que usen a los hombres caracol también, pues al fin y al cabo en este mundo no coprográfico, de alguna manera, los estratos sociales terminan haciéndonos algo parecido a las clases más bajas...
Pero lo que no es de recibo es lo de la peineta. Si quieren tradición, de puta madre, pero esa peineta queda en la cabeza de una mujer ancha como tres patadas en los cojones. Así pues:
¡Peinetas fuera del mundo coprográfico YA!
Mael.
¿hay hombres anchos que luchan para que ciertas tradiciones no se sigan cumpliendo, que hacen manifestaciones?
La peineta, en este caso, añade al conjunto un guinda morbosa y masoquista, pues al carecer de pelo, las Mujeres Anchas llevan las peinetas CLAVADAS en la cabeza.
Ah... ¡Ja, ja, ja! En ese caso mola.
Mael.
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