En este revelador documento se demuestra por fin la verdadera razón por las que las sirenas tomaban clases de
bel canto por atraer a los marineros hacia su bahía.
Y también el por qué los marineros que sucubían a sus encantos nunca más volvían a ser vistos por su pueblo.
1 comentario:
Es meritorio... ¡sin abrirse de piernas!
Mael.
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