La poesía amorosa no sólo gira en torno a golondrinas y buganvillas. También hay dolor, escozor, desgarros, supuraciones y magulladuras.
O si no que se lo pregunten a este pobre Hombre Caracol, que expresa de este modo el terrible calvario por el que pasa el amante despechado, sobre todo si todo ello se mezcla con una gastroenteritis atroz y con otras dolencias genitales que aún no han sido bautizadas.
1 comentario:
Lo tuyo es poesía del más salvaje heavy metal ¿eh?
Mael.
Publicar un comentario