Pintura manierista de influencia rubenesca que representa el arrebato de pasión de una pareja de Humanos Caracoles en el momento de su cópula.
Ella, que aún conserva en el fondo de sus recuerdos cierto recato moral heredado de sus antepasados, finge una ligera resistencia e indiganción ante el ímpetu de su macho... pero no nos engañemos. Ambos disfrutan de este encuentro carnal como dos cochinos belloteros revolcándose en un charco de lodo.
A todos y a todas nos gusta el jamón de pata negra, ya seamos humanos convencionales, Hombres Caracoles u Hombres Anchos.
Y quien lo niegue, es más falso / falsa que la barba de Judas.
Incluye poemas estúpidos y manchas de tóner magenta.
Viva el reciclaje.
2 comentarios:
He hecho en sí de que la mujer caracol, seres de profusa líbido, conservara resquicios de una antigua y retrógrada moral sexual, constituye una de esas contradicciones propias del manierismo, acentuada por la pose artificiosa que constituye una ruptura de la composición lírica, al no trazar dicha pose una diagonal lo bastante pronunciada como para otorgar el dinamismo propio de tal escena. Por cierto: esa ruptura compositiva de las reglas elementales de la composición es también propio del manierismo.
Mael.
Eres la wikipedia con gónadas, camarada Mael.
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