El Hombre del Trikini es un ser perteceniente al folklore de Mundo Coprográfico.
Según la leyenda, un bebé humano anormalmente grande, feo y peludo fue abandonado en las inmediaciones del Área Industrial una mañana de otoño. Posteriormente fue hallado por Manolín -el anciano bedel del recinto- que lo alimentó y cuidó con todo su cariño hasta que comenzaron a sucederse las primeras oleadas de mutaciones. Temiendo las acciones gubernamentales contra los posibles infectados, Manolín encerró a su pupilo en un búnker secreto excavado bajo las fábricas y, con lágrimas en los ojos, el anciano subió a su canoa y se echó al mar.
En la penumbra del refugio, con la única compañía de toneladas de latas de fabada, una colección completa de vídeos antiguos de la WWF y varios catálogos amarillentos de Victoria's Secrets, se dice que el niño creció, engordó y ensanchó hasta tener fuerza suficiente como para arrancar de cuajo la puerta del búnker y salir a la superficie. Una vez bajo la luz del sol, se juró a sí mismo que dedicaría su vida a proteger y dar cariño a los niños indefensos y demás criaturas de Mundo Coprográfico, y a vengarse de aquéllos que habían desatado la catástrofe en la tierra.
Desgraciadamente, su inmaduro código moral, junto con una efectiva campaña de difamación por parte de las antiguas compañías químicas, han hecho que la reputación de este velludo paladín de la justicia se haya tornado oscura y siniestra, hasta el punto de ser descrito como un ser nocturno infernal con el que amedrentar al pueblo, equiparable al "Coco"
Según la leyenda, un bebé humano anormalmente grande, feo y peludo fue abandonado en las inmediaciones del Área Industrial una mañana de otoño. Posteriormente fue hallado por Manolín -el anciano bedel del recinto- que lo alimentó y cuidó con todo su cariño hasta que comenzaron a sucederse las primeras oleadas de mutaciones. Temiendo las acciones gubernamentales contra los posibles infectados, Manolín encerró a su pupilo en un búnker secreto excavado bajo las fábricas y, con lágrimas en los ojos, el anciano subió a su canoa y se echó al mar.
En la penumbra del refugio, con la única compañía de toneladas de latas de fabada, una colección completa de vídeos antiguos de la WWF y varios catálogos amarillentos de Victoria's Secrets, se dice que el niño creció, engordó y ensanchó hasta tener fuerza suficiente como para arrancar de cuajo la puerta del búnker y salir a la superficie. Una vez bajo la luz del sol, se juró a sí mismo que dedicaría su vida a proteger y dar cariño a los niños indefensos y demás criaturas de Mundo Coprográfico, y a vengarse de aquéllos que habían desatado la catástrofe en la tierra.
Desgraciadamente, su inmaduro código moral, junto con una efectiva campaña de difamación por parte de las antiguas compañías químicas, han hecho que la reputación de este velludo paladín de la justicia se haya tornado oscura y siniestra, hasta el punto de ser descrito como un ser nocturno infernal con el que amedrentar al pueblo, equiparable al "Coco"
1 comentario:
Mierda de propaganda de las industrias químicas ¿Eh? Si es que se ve a la legua que el hombre es un pedazo de pan. Tiene cierto aire entrañable a los programas infantiles de Mister T, en los que un negrazo musculoso y con pinta de cavernícola punk enseña a los niños a no comer demasiadas chucherías para no acabar con caries.
Mael.
P.D: No se como se te pasó por alto dibujarle un tatuaje de "amor de madre". Le quedaría del carajo ;-)
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